Definiendo lo inconmensurable.
Nuestra labor simbólica ha terminado, quienes y como van a vivir en nuestros espacios ha quedado definido por el entorno, un barrio caótico de ladrillo vertical y vallas, asfaltado y bares, y los objetivos, una zona de paso, intercambio, movilidad, sociabilidad y encuentro.
Para ello las casas se alzan caóticas en medio de su orden interno cúbico.
Los caminos trasladan obligatoriamente a la gente de un lado a otro, obligándola al movimiento, al enseñarse y contemplar, al conocimiento del entorno.
En un marco verde de agua y frescor que invita en los días de verano extremos de la villa, y los inviernos gélidos a buscar amparo.